ENAMORADAMENTE HUMANOS
Somos humanos,
pero ahora diferentes.
Somos
enamoradamente humanos.
Las cosquillan viajan
por nuestra piel como caudales
de un río de ganas que busca
desembocar sosegado
en un mar de ternura y besos.
La lluvia, tal vez, no nos cae
igual que un diluvio tempestuoso.
Baja por nuestra desnudez
exudando sueños,
desciende por nosotros
como lo hacen nuestros anhelos,
gaviotas presas de una suave
corriente de almendros.
Y el cielo se nos acerca,
y el tiempo descansa,
y se detiene un momento,
en algún parque, cansado ya
de querer que pasemos,
sin éxito.
Somos humanos,
pero diferentes ahora.
Somos
enamoradamente humanos.
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