POR DOLERME
Por dolerme
me duele hasta lo indolible
Me duele el pecho,
el Sol en las pupilas
que amanece lejos de tus ojos.
Las despedidas sin casi ausencia,
ni un adiós certero
en alguna estación de olvido.
Me duele hasta la paz,
porque, tal vez, no tengo
sin que me dispares
tus ganas de besos
certeros en los labios.
Por dolerme, ya ves,
ahora me duele hasta
la sangre.
Pero estoy tranquilo.
Tranquilo porque me duelo
contigo, por nosotros.
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