TODO CUESTA
Todo cuesta, amor.
Todo cuesta.
Cuesta subir las escaleras
de pendientes acusadas
de recuerdos de un anhelo
o de una nostalgia casi cercana.
Cuesta la gravedad
de no volar sin viento
en tus brazos,
y aparecer en un cuento
tan solo con los ojos míos
llenos de esa tierna
y agridulce sensación
de echarte de menos.
Todo cuesta, amor.
Todo cuesta un poquito.
Pero pese a que me cuesta
también pensarte lejos ahora,
me aligera las alas saber
que ahora mismo también
te cuesta que no nos estemos
besando en la boca de este poema.
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