NO LO PIERDAS CON LOS AÑOS
No puedes evitar crecer,
y que se seque un poquito
ese mar libre que te recorría
las pupilas cuando mirabas,
al horizonte y tras las sábanas
venían los sueños
con algún diente,
el Ratoncito Pérez
y los Reyes un 6 de enero.
No pueden evitarse los años,
los pasos de menos,
las horas que nunca
vienen de más,
el arranque de locura
y despedida cada doce meses
de los almanaques.
Nada de eso puede evitarse.
Tampoco que quiera seguir
saltando puentes de plastilina
en el regazo de un gran amigo:
mi niño interior
Tú, si puedes,
tampoco lo pierdas con los años.
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