Hay quienes dan vueltas al globo
para conocer mejor el planeta.
Hoy quisiera, por fin,
que me bastara con mis manos
dando vueltas a tu silueta
para saber mejor de mi mundo,
y el tuyo entre mis dedos
bordeando los ejes de tu belleza
como el grano de arena
la espiral de una caracola.
Y, contradictoriamente
no saber qué decirte
cuando me penetren tus ojos
y me falten las palabras
que latirán aceleradas
en mi pecho como olas raudas
hacia la orilla.
Y, aun así, asomarme
cada vez mejor a tus pupilas
y descubrir un balcón
de mariposas en las mías,
mientras me tiemblan al mirarte,
quién sabe si desde el vientre
o el viento que habla
de volar siempre a tu paso.
Yo hoy quiero dar vueltas
al mundo sin perderme
demasiado de ti.
Déjame, en principio
girar en torno al centro
gravitatorio de mi ternura:
tu desnudez.
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