ESTÁ SOLO
Está solo. Rodeado de palabras, versos, belleza y toda su vida en cuadros y marcos. Pero, al fin y al cabo, solo. Hundido en un pozo de amargura. Se pregunta cuándo la soledad dejará de ser una carga tan pesada y si tendrá que seguir pagando un peaje de tristeza y nostalgia cada vez que desembarque en su mente como una fuerte lluvia procedente del diluvio. Está solo. Y le pesa. Le pesa mucho. Tanto que las lágrimas que le brotan a borbotones desde el alma sin aguar la pupila caen al suelo y crepitan como el fuego. Sin embargo, en su interior, piensa que dentro ese vacío puede quedar algo. La soledad, entonces, se le torna un poso dulce de asueto y descanso. Está solo, pero sus palabras ahora sí lo acompañan mejor.
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