NADA DEL OTRO MUNDO
No somos nada
del otro mundo,
pero, sin embargo,
nos damos el mundo
cada vez que somos.
Nada del otro mundo.
Tan solo un beso de mundo
que siempre queremos darnos.
No somos nada
del otro mundo.
No existe más belleza que atrapar los sonidos del mundo en unas palabras y ahondar en sus misterios por medio de las palabras de un poema.