NACEMOS EN LOS BESOS
Dicen que por la boca
siempre muere el pez,
y que el tiempo se va agotando
a cada hora que pasa,
a cada hora en la que, a veces,
se nos permite existir.
Con nosotros, sin embargo,
hay una gran diferencia.
Nacemos en los besos
cada vez que nos damos
la eternidad imposible
de querernos.
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