AÑO VIEJO, AÑO NUEVO
Ahora que otro año se despide,
viejo y encanecido de doce meses,
y otro calendario se arranca,
y otras más de trescientas tardes
mueren en mi efímero tiempo.
Ahora quisiera que quizás
no muriesen las horas de tantos
entre una lluvia de escombros,
desolación, miseria y pobreza.
Y cayera en una leve llovizna
algo más de fortuna a los desamparados,
refugiados y otros tantos damnificados
de este mundo de locos.
Yo tengo la suerte de arrancarlo
entre granadas dulces que no explotan,
y un tierno carbón que no amarga
la respiración aérea de los pueriles
pulmones de mi tardía inocencia.
Aun así, quiero que este Año Viejo
que ahora despido traiga consigo,
algo más de luz al Año Nuevo,
y a todos se nos asome el mar
de la belleza de ser conscientes
del alma transparente que encerramos.
Sin tantas guerras innecesarias.
Sin tanta inmundicia infame.
Sin tanta avaricia.
A todos, próspero y luminoso
Año Nuevo.