HABRÁ QUE PARAR
El mundo va demasiado rápido.
Y todos vamos tan raudos
por el camino inútil de la prisa,
que se nos escapa la música
de la vida con el sonido
de la belleza muy cansada
de tanto correr.
Algún día habrá que parar.
Contemplar el cosmos
desde el alma tranquila,
y detenernos a vivir
un rato más si es posible.
Habrá que parar
si no queremos
que este maravilloso viaje
acabe también demasiado rápido.
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