LLUEVE, Y EL AGUA
Llueve ahora, y el agua
nos cae en la piel
desde el mar de nuestras ganas.
Diluvian los besos esta tarde
en que el mundo se circunscribe
a la carne abierta y desnuda
de nuestros labios,
con el alma en plena tormenta
de amor y conciencia.
Llueve, y el agua nos cae
a borbotones sobre la lujuria
maravillosa de querernos.
Me encanta que llueva así,
y no me duelan los huesos
después de que me moje la tempestad.
Llueve, y el agua...
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