PIANOS DE AMOR
Cimbreaban los poros
de su piel, mientras su alma
trepidaba al son de los ruiseñores
al cantar alegres lejos de la ciudad.
Supongo que le sonaban
pianos de amor en el corazón,
mientras los mismos acordes
aburridos de ruidos y miedo
se repetían afuera de sus ojos.
No había duda.
Sencillamente, se había enamorado.
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