Cultivemos en el mundo
nuestras ganas de amar,
y sembremos de abrazos
la ciudad de cristales.
Y sepamos florecer.
Quizás, aun ya entrado mayo,
quede primavera por conquistar.
No existe más belleza que atrapar los sonidos del mundo en unas palabras y ahondar en sus misterios por medio de las palabras de un poema.
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