AYER DESPERTÓ LA CIUDAD
Ayer despertó la ciudad.
Y yo estaba lejos,
pero pude sentir cómo vibraba
la libertad desde el exilio.
Tenía ganas ayer de volar,
y estallar como un volcán
de dignidad que no ha de apagar
ninguna lluvia de recortes
la libertad como un pájaro
cuyas alas solo ha de arrancar el tiempo.
Y fue maravilloso que las ganas
conquistaran otra vez la unidad,
y los pasos fueran firmes caminos
hacia la protesta.
"Lévantate y mírate las manos.
Para crecer, estréchala al hermano",
dijo un tal Víctor
Y lo que parecía imposible
ayer volvió a resucitar:
las ganas de ser libres
con total dignidad.
Ayer volvieron las palabras
de aquel maravilloso cuento
de revoluciones y concordia
a sembrar de esperanza la ciudad.
Volvió a tener voz
el pueblo en sus gritos.
¡Ánimo a todos los luchadores!
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