No sé si te acuerdas,
pero habíamos salido
del mundo en aquel momento.
Yo me había decidido
a mudarme a tus labios.
Y tú quisiste que se pegaran
entonces los míos.
Habitamos otro lugar.
Nos marchamos a otro sitio,
lejos de la ciudad
en la que los sueños
viajan en trenes y mortajas
invisibles.
Y llegamos a aquel país
donde no existe más ley
que las ganas de quererse:
el amor.
Ese fue durante aquel beso
que quisiste darme
después de aquella pregunta
cuya respuesta habita aún
mi carne y mi recuerdo:
¿me quieres?
Ya ves. El amor
fue nuestro mejor lugar entonces.
0 comentarios:
Publicar un comentario