UN SEGUNDO
Un segundo.
Y se escapa.
Demasiado rápida,
a veces como el viento
entre los dedos gráciles
y livianos de una metáfora
que vuela raso en la idea
para irse hacia el poema.
Y demasiado lenta,
cuando el miedo es largo
y el temor eternamente
breve.
Un segundo,
y se escapa o viene
siempre la vida.
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