ESCONDIDO EL PIANO
Ahí estaba. Escondido.
Las notas tras la barra,
y la voz dentro de la copa
enfriándose como la escarcha
que resbala ahora en las aceras.
Ahí estaba. Esperando.
Con las teclas desnudas,
y la música tras la canción
que esperaba paciente
los dedos que la cobijaran
en un pentagrama de frutas,
nostalgia o ganas de vivir.
Ahí estaba. También
llevándome tu voz
o el cielo en los acordes,
como si cupiera en una canción
el paraíso en las ventanas
siempre claras de tus ojos.
Ahí estaba. Escondido
el piano que no escucho nunca
entre bambalinas,
salvo cuando me hablas
de amor, a solas,
y a veces ausente.
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