TÚ SABES QUE MI CUERPO
Yo estoy hoy seguro
de una cosa:
tú sabes que mi cuerpo
precisa, requiere, necesita
con urgencia tu alma.
Y no hablo solo de esa
alma que se mira despacio
desde el balcón inefable
de una metáfora.
Hablo del alma de tu piel.
Aunque no lo sepas
también tu silueta la tiene,
porque mientras la recuerdo
sé que no muere lentamente
como el tiempo, las calles
o sus pasos cansados.
Tú sabes que mi cuerpo,
y también mis dedos
exigen algo de tierra
y calor para los besos.
Aunque nos haya gustado
hasta ahora pasearnos
por la noche y las ausencias,
y la nostalgia de echarnos
siempre en falta.
Tú sabes que mi cuerpo,
amor, necesita tu alma.
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