BÁLSAMO
Recorro
ciertas calles
sin esquinas de calma
en tu boca, y me
cansa
malgastar el mediodía
sin que la ciudad tenga piedad
de
este cielo recortado
a unas ventanas con balcones grisies.
Y
entonces salgo a buscar
tus ojos, y lo que imaginan
mis poemas
que eres,
aunque el horizonte solo
no me sirva para
hallar
salida hacia el color distinto
del mundo cuando tú lo
miras
desde el brillo de mis pupilas.
Me siento a
quererte
en alguna estrofa,
y descanso en algún banco
de
papel de esos que invento
para tenerte conmigo
y que sirvas de
bálsamo
a estas ciertas calles
sin esquinas en tu poca.
Para
que así vuelvas un poco.
Y nos amemos, tal vez de veras
En
ese otro mundo,
sin esas ciertas calles.
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