NO HABLEMOS EN PASADO NI FUTURO
No hablemos en pasado ni futuro.
No digamos que te amé
o que amarás mis labios
tu boca, cuando lleguen
a ese espacio que todavía
no conocen demasiado bien:
tu boca de carmín y cielo.
Más bien, digamos
que hoy podremos habitarnos
la mirada sin tocarnos.
Solo nuestros ojos, entonces,
quieren desnudarnos,
y no hace falta que te quites
la ropa. A ciegas puedo desvestir
la desnudez que recatas
entre bambalinas en la ciudad.
No hablemos en pasado ni en futuro
de cómo podemos querernos
en este mismo instante.
Desnúdate. Desnúdame.
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