ANDO PERDIDO EN UNA IDEA
Ahora ando perdido en una idea
como puede perderse un caminante
por los caminos de la vida,
el mar y las dudas.
Busco algún verbo diferente
que me muestre cuán hermoso
es saber que respiras mi aire,
mientras en un verso te doy
mi aliento fecundado de rosas.
En los ojos vacíos y tristes
de una probable enfermera,
curandera de males mundanos,
intento hallar al ángel que ansía
despertar sus alas bajo el asfalto
sin sueños de la ciudad.
Parece poco probable
atravesar las nubes en guagua
de todos modos.
Sin embargo, el corazón se abre
y empieza a cantar latidos
con acordes bellos y cotidianos
en cuanto te miro,
aunque estén los espejos
indelebles del alma de por medio.
Descubro entonces que es posible
despertar dos, tres y cuatro veces
tras levantarse a pasar
simplemente la vida
durante otro día cualquiera
en otra oficina sin balcones
al Cielo cualquiera.
Insisto en pronunciar tu nombre
a la espera de retoñar una palabra
sin sustantivo en los diccionarios
tradicionales de todas las lenguas.
Para que amanezca la nostalgia
en forma de primavera.
Porque, tal vez, creo
que existe un idioma
en el que solo habla la belleza
de quererse y querernos.
Ahí supongo que estará la idea
en la que ahora ando perdido.
Me aguardan al final de ese túnel
las luces trémulas de tus pupilas.
Y la hermosa idea
de querernos en la que quizás,
después de todo,
me apetece seguir perdido.
No está tan mal descansar
un rato del mundo supongo,
ebrio de amarte.
Perdido en la idea de querernos.
0 comentarios:
Publicar un comentario