CUESTIÓN DE MIRADAS
A veces, no es que el mundo
sea feo y a los ángeles
no se les permita habitar
los escombros de la miseria.
A veces, no es eso,
sino una cuestión de miradas.
De saber trazar el mar
entre bambalinas de tristeza.
De saber ver que tras la tormenta
siempre hay un Sol que aguarda.
Cambia a la mirada
que transparenta el alma.
Y quizás lata en lo oscuro
la primera luz de otro mediodía
hermoso por contemplar,
sin más tiempo que el tiempo,
sin más vida que la vida.
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