UNO DE TANTOS
Este poema podría llamarse
Juan, José, Amalia, Dulce,
María José, mi hermano,
su hermano, el mundo.
Y también ser nostalgia,
tristeza, alegría, belleza,
tus ojos clavados en los míos,
la impronta de la primavera
poblada de rosas,
la luz de unos luceros
anclados a tu mirada.
Llamarse como el cielo
que desnudas desde tus brazos
al tocarme o el hermoso
espejismo de orbitar un rato
en torno a la gravedad
de tus labios en los besos.
Y, al final, cuando acabes
de quererme,
que vuelva a ser
uno de tantos.
Y llamarse Juan, José...
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