MÚSICA PARA EL ALMA

domingo, 7 de febrero de 2016

TRABAJO O FUNCIÓN



¿TRABAJO O FUNCIÓN?

Ya no temo demasiado
a lo que temía antes.

Perder el trabajo, un salario,
aunque me supusiera
desangrar mis sueños
ocho horas más en una oficina,
y mi existencia no fuera más
que un ocaso prolongado
de cotizaciones a la Seguridad Social.

Y pienso: cuán ridículo
es que nos parezca hermosa
la hemorragia de utopías,
y delirios que se suicidan
desde las ventanas acristaladas
de la comodidad de un urbe,
donde el vuelo normal
de los pájaros es una locura
si alguien los anhela.

Se nos ha derramado
ya la inocencia en un pupitre
en que mataron los colibríes
de nuestra imaginación
a tiros certeros de reglas,
y alarmas de recreo.

Pero aún estamos a tiempo.
De eso también estoy seguro.

Solo de nosotros depende
que la vida se torne
una función histriónica
de sueños en la que seamos,
junto con el alma desnuda,
protagonistas principales.

O se vuelva un desfile
diario al matadero
de anhelos de este mundo,
loco y sin carreras
a alguna parte cerca del cielo.

Entonces,
¿trabajo o función?

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