UNA CANCIÓN ESPECIAL
Tú eres una canción tierna,
maravillosa, excepcional,
extraordinaria que dista mucho
de los ruidos mundanos y sencillos.
Tú eres una canción hermosa
que toca las cuerdas de mi alma,
mientras afuera solo se escuchan
los gemidos de los últimos ruiseñores,
cuyos delirios parecen inasequibles
al desaliento de la urbe,
y el marasmo cotidiano de sobrevivir.
Me rozas también los acordes
silentes del corazón,
mientras late la belleza
a golpes de do, sol,
y fa sostenido de poesía
en los labios musicales
de un beso sincero,
aunque, a veces, me separe
todo el mar de tu boca.
Y contigo sé que juntos
podemos componer el tiempo,
a nuestra peculiar manera,
en un compás de compasillo perfecto
donde solo gobiernen redondas,
blancas con puntillo, y negras
en el ritmo con que detenemos
la sintonía degradante de las horas
al amarnos infinitamente.
Tú eres una canción especial,
la mejor del mundo.
Y mi poesía y mis metáforas
ahora se limitan a entonarte,
mientras tus dedos me aprietan
tiernamente las cuerdas del cariño,
desde mi nostalgia de quererte.
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