EL TORO DE OSBORNE
El toro de Osborne
ahora no entra por la puerta.
La cornamenta es ya
demasiado larga.
Y el ruedo se queda pequeño
por desgracia, cuando se acaba
la lucha por mantener a flote
un naufragio anunciado.
Y poco entiende del amor.
Y de esa dulce estocada
de Morfeo y Cupido al corazón.
No le sangra la honestidad,
y tampoco sabe de uniones
más allá del egoísmo.
Es triste, pero el toro
de Osborne también llama ahora
a las puertas del amor.
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