NO SOY MI PANTALÓN
No soy mi pantalón oscuro,
claro, vaquero o campana
sin cascabeles de colores.
Tampoco me asemejo a la forma
larga o corta de mi camisa,
ni me apego al maquillaje
como el Rimmel a un rostro
de alegría a golpes de cosmética.
No soy lo que ves,
cuando no puedo mirarme
ni yo mismo al espejo.
.
No llevo coronas de gala,
y detrás de mi corbata ahora,
tal vez, tenga ganas de bailar
en otra pista algo más alejada
de este teatro de sonrisas
huecas y muecas resignadas.
No soy lo que quieres ver,
sino lo que has de mirar
desde los ojos del alma,
y desde los pianos
dulces que el silencio,
a veces, inspira cuando la voz
ruidosa de la ciudad
ahoga demasiado las palabras.
Porque para Carnavales, y saltos
de lujuria, y trogloditas descalzos
fingiendo ser Picapiedra
está febrero y la murga.
Yo ahora soy lo que soy,
sin mis vaqueros, ni mi camisa
larga o corta, ni mis gafas de sol.
Soy lo que quiero que seas,
mientras contemplas la desnudez
humana de mi ser.
Conmigo mismo, y nada más.
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