TÚ ERES
Tú eres tu destino.
Tus pasos, tu camino.
Las estelas de tristeza
que dejas en las lágrimas.
El tacto suave y afrutado
de un beso que siempre sabe
a alegría cuando no incendia
solo la lujuria efímera
de un arrumaco casi sin ternura.
Y las calles que pisas,
el asfalto que te va marcando.
Tus sueños, tus deseos.
La nube en la que siempre
estás a punto de montarte,
como un pájaro que en el corriente
busca aquellas golondrinas
de los balcones de Bécquer.
Tú eres tu mismo destino.
El arquitecto de todas tus cosas.
El obrero de tu casa
de sonrisas o remilgos.
.
La mirada limpia o sucia.
Los ojos tristes o dispuestos
a avistar horizontes más allá
de los cables y las antenas
de satélites sin órbita
en los tejados.
El amor que dejas
para mañana.
El futuro que no vives,
a veces, hoy por miedo.
Un ser humano, tu historia.
Lo que necesitas
cuando sientes qeu alguien
debe necesitarte.
Lo que quieres y no gustas.
La cometa que ahora sigue
con el percal dispuesto a romperse,
aun cuando la niñez
pasó hace rato por tu puerta.
Tú eres, en definitiva,
lo que construyes de ti mismo.
El presidente de tus estados de ánimo.
Y el jefe del estado
de tus cosas más simples.
Y nadie más.
A veces, para ti
solo estás tú.
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