ES YA LA TARDE
Es ya la tarde
sobre el horizonte.
El cielo se torna
un campo de fresas
y estrellas en donde habla
el viento de tu voz
pronunciando todos tus nombres.
Y me abandono a la ebriedad
sin champán ni cervezas efímeras
de tumbarme tranquilamente
en el calor de las cosas
que se conserva siempre
después de tus besos.
Como si no hubiese invierno
para tu tiempo sin estaciones,
y tu eternidad sin prisas.
Quiero que vuelvas
esta noche a ser otro día
en mi pupila.
Y que nos sentemos
al filo de un sueño,
abrazados, en calma
en un campo de fresas,
ocasos y estrellas.
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