NO PREGUNTES DEMASIADO
No preguntes demasiado
por qué tiemblo, aunque el viento
no se mezca en las hojas
de los robles esta tarde.
Tampoco busque ahora
en la lluvia la respuesta
de agua a una lágrima,
cuando diluvia ternura
en una caricia.
En mis labios
habrá una poesía
esperándote.
Y en mis besos
la respuesta
a las mariposas en arrullo.
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