TODO
Hablemos
de todo.
Hablemos
de ti,
y
hablemos de ti.
No
sobre cómo gastamos
las
cuatro de la tarde
repantigados
en el sofá,
o
contemplando la lluvia
desde
el balcón, inquietos
por
saber lo que deparará
el
diluvio y si el Arca de Noé
también
salvará el barco hundido
de
esta ciudad de animales capitales.
Hablemos
desde el beso
de
la ternura y los abrazos
tuyos
que se me enredan
como
un collar de nostalgia
en
la garganta para nacer siempre
en
lo eres y en lo que amo.
Hablemos
de todo,
sin
olvidarnos de nada.
Mientras,
a veces, callas.
Y
abrimos las puertas
de
un beso hacia nuestro deseo.
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