INCANSABLE
Incansable.
Quiero que este poema
sea incansable como el viento
que parece cruzar sin sudor
de esquina a esquina el mundo,
sin miedo a lo que deja atrás:
llantos de hoja en los sauces
y cimbreo en los trigales.
Y que no tenga tiempo
como las gotas incansables
de la lluvia que parecen
nunca morir contra la ventana:
vuelven en otro diluvio siempre,
como tú vuelves a arder
en los diarios de asfalto,
tristeza y soledad de esta ciudad.
Incansable, incansables.
Quiero que vivas
incansablemente
sin ser demasiado eterna.
Sin que te apagues
como el calor de los panes
en los brazos fríos del tiempo,
después de horneados.
Incansable, incansables.
Seamos el único verso
de este poema que ahora
atraviesa tu pupila y me lleva
a surcar tu océano de belleza.
Como el viento de antes,
y ahora y siempre.
Incansable, incansables
como nosotros. Sin más.
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