SOY POCO, NADA, TODO
Soy poco, nada, todo.
El verbo de ruido y catarsis
de una urbe sin más acción,
a veces, que el tintineo
constante de un futuro incierto.
Las manchas de sol
en pupilas cansadas.
Yo soy tú, ellos, vosotros.
Los que han arribado
a mi isla de sueños,
y los que se han ido apenas
sin pisar mi tierra incierta.
Soy poco, nada, todo.
He venido del suelo,
y hacia el suelo voy
como las piedras ante la tormenta
que las arrastra
hasta el polvo.
Parto, a veces, de la primavera.
Crezco desde los rostros
y recuerdos de otros
como el árbol que se agarra
a su historia de semillas.
Yo me agarro a mis cuentos,
verdades o mentiras, ya ven.
Soy poco, nada o todo.
Y solo puedo dar gracias ahora
a los que han hecho, y no.
A los que han enterrado,
olvidado o sacado del olvido,
¿por qué no? este poema
que es mío. Y, al fin,
también es vuestro.
Soy poco, nada, todo.
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