NO SOY DEMASIADO GRANDE
No soy demasiado grande.
Tampoco demasiado pequeño.
Y busco a tientas
en las escaleras de un lápiz
la manera de volver a tu altura.
Quiero sentir ese calor
de los panes recién horneados,
mientras me abrazas
sin que un recuerdo escape
a las esquinas sin tiempo
de las agujas de un reloj
enfermo ahora de horas.
Sin que tus manos de humo,
viento, y agua se escabullan
rápido como la efímera juventud
sepia de una tarde por declinar.
Y recurro a la altura
de un sueño para encontrarte.
A veces, es complicado.
Lo reconozco. Tejer metáforas
que me hagan cruzar el arco iris,
aun cuando no llueve y el cielo
no puede pintarse de tus colores
es algo complicado.
No obstante, algo es cierto.
Tengo el recuerdo para vivirte.
Sin ser demasiado grande
como tu alma.
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