LA DISTANCIA DE PENSARTE
Tus ojos ahora no pueden
regalarme el mar de frente ahora.
Tus ojos ahora no pueden
regalarme el mar de frente ahora.
No pueden atracar
en mis iris titilantes.
Pero de tu mirada y de ti
me separa
tan solo la distancia de pensarte,
que no existe.
tan solo la distancia de pensarte,
que no existe.
Somos aun cuando no somos.
Aun cuando solo separarnos
nos acerca un poco más
a lo que queremos ser.
Porque tu recuerdo ahora
se ancla a mis horas,
y a las nueve de esta tarde,
y a los muelles del ocaso,
y a los hilillos finos de humo
de una chimenea en la azotea,
y a esos barcos blancos de agua
en que se vuelven las nubes
surcando el viento,
como la raíz de una amapola
que quiere negarse el otoño
inevitable y abraza siempre
el último aliento de una primavera.
Y en mis ojos atraca la espera
por si vienes a esta isla
de ganas que aguarda paciente
un gramo de ese continente
de ternura, que encierras
bajo tus faldas y camisillas.
Y es cierto que tus ojos
no pueden darme el mar,
ahora mientras rompe dulcemente
su amor en los brazos
de luz de mis pupilas.
Pero de ti solo me separa
solo la distancia de pensarte,
que no existe.
Cuando somos
aun cuando no somos.
Y que no te olvide
nos acerca un poco más aún
al beso que todavía
estamos por darnos.
A esa distancia de pensarte,
que no existe.
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