MAÑANA VA A SER DE DÍA
Mañana va a ser de día,
como lo ha sido igualmente hoy.
Aunque amanezca un puente
de nubes grises hacia el sol,
y mis ojos no sepan cruzarlo bien
para que asome en las ventanas,
aunque diluvie.
Mañana va a ser de día,
aunque después de las cinco,
y las siete, y las diez
se vuelva a acostar otro ocaso,
y sangre otra tarde casi detenida
en el horizonte.
Yo digo que más bien que morir
otro día nace otra nueva tarde
que disfrutar, y otro epitafio
de horas con el que dar la bienvenida
al amanecer que está por nacer.
Mañana va a ser de día,
aunque diga el parte meteorológico
que hay posibilidad de lluvia
lacrimal en mis ojos.
Y diluvio en el asfalto.
Mañana va a ser día.
Estoy convencido.
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