RESULTA DIFÍCIL, A VECES, VOLVER
Resulta difícil, a veces, volver
a todas las cosas antes.
Se vuelve a casa en un avión,
en un coche o andando.
No cuesta más que un billete,
pesado el bolsillo quizás
tras pagar el queroseno,
la gasolina o el sudor.
Se vuelve a los mismos sitios
de cuando en cuando.
Se corre, quizás, a solas
por las mismas aceras,
aunque solo la mente
nos acerque a la velocidad
con la que los sueños volaban
unos cuantos años atrás,
cuando no había madurado tanto
la mirada como para que la inocencia
se cayera como la manzana de Newton
ante la gravedad de las cosas mundanas,
Se vuelve a muchos sitios
con más facilidad que a algunos
que no son tan sitios.
Y ahora lo sé,
que procuro retornar
a otro instante.
Intento desandar el tiempo,
pero no me valen los pies,
ni estas zapatillas desechas
para que las agujas del reloj
caminen hacia atrás como deseo.
No importa tampoco demasiado.
Aún sé que me aguarda
aquella cándida ingenuidad
capaz de agenciar frutos prohibidos
ante la dentadura emponzoñada
de una serpiente mezquina.
Resulta difícil sí, volver a veces
a algunos sitios que no son tan sitios.
Sobre todo cuando hay que desandar
la memoria, y esquivar
durante unas horas el tiempo
como si los minutos fueran
un muro de plastilina que derribar
tan solo con anhelos sencillos.
Resulta difícil, a veces, volver,
a delirar como aquel infante
que nunca hemos dejado de ser.
Pero no imposible, pero no imposible...
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