DEJA ATRÁS
Deja atrás. No demasiado.
El tiempo avaro de los relojes,
los pasos cansados de la oficina,
el horario de los buses,
los semáforos sin pasar al verde,
y los miedos e indecisiones
de quedarte al desnudo.
Vuelve en tus ojos
a aquella esquina del patio
en que se columpiaban tus sueños.
Piensa por un momento
que el sol no está para abrasarte,
sino para darte aquella luz
que perdiste en la pupila,
cuando acabaste con las estrellas
incrustadas de tus sábanas.
Y ya los cuentos dejaron
de tener hadas madrinas.
Y los aviones aquellos de papel
empezaron a pedir queroseno.
Deja atrás tu trabajo,
lo que crees que eres.
Tu gente si es necesario,
y tantas esquinas urbanas
sin demasiado final a la vista.
Deja atrás este otro tiempo,
que no pertenece a tu instante.
Y vuelve contigo,
aunque solo sea un momento.
Para que seas.
Para que no mueras.
Para que vivas
deja atrás eso de no ser
para tan solo
conformarse con vivir.
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