GRITAR
Ahora solo puedo
quedarme callado.
Pronunciar en alto
mi más profundo silencio,
y disparar sin mucho regusto
a despedida otro adiós.
Las bombas han vuelto
a gritar ensordecedoramente
en la distancia.
Y las calles se han quedado
mudas, mientras ululaba
la sangre sordamente
en las aceras.
No se habían estallado
unas granadas dulces
en la boca, precisamente.
Y a fruta no olía el odio,
mientras se paseaba
la ceniza por cada rincón,
y el llanto por cada ruptura.
Ahora solo puedo
quedarme callado.
Y gritar un poco más alto
lo poco que tengo,
y lo poco que es
mi amor entre tanta pólvora:
pese a todo
quiero seguir gritando,
amor, un poco de paz.
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