NO SOY DEMASIADO
No soy demasiado.
Solo otro acorde
menor o mayor cotidiano.
Pasos casi nimios
en las huellas de asfalto
de las aceras rutinarias.
Y alguien que escala
hacia arriba para que moje
la soledad la primavera
de papel de una metáfora.
No soy demasiado.
A veces, soy como tú,
y como todos.
Alguien que pierde una hora
de sangre cada sesenta minutos
o gana otro sueño despierto,
mientras el espejo envejece.
No soy demasiado.
Pero hay algo
que me hace un poco
más grande: amar
el mundo.
Y también, a veces,
amarte.
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