LO SABÍAN SUS OJOS
Ellos aún no lo sabían.
Lo sabían más bien sus ojos
cuando cruzaron en un silencio
más palabras de las que se dicen
en las conversaciones cotidianas
que se desvanecen entre la algarabía
sorda de cualquier ciudad.
Se daban el amor sin hablar,
aunque aún no se atrevieran
a escribir el destino
que ya sus miradas parecían
redactar en el breve
espacio infinito de calma
de dos corazones enlazados.
Ellos aún no lo sabían,
pero esos dulces temblores
de la piel eran bastante sabios.
El cariño en ellas estaba desnudo
como la primavera en los brazos
verdes y lluviosos de abril.
Y en esos mapas de ganas
solo quedaba una cosa clara:
lo que ellos no sabían.
Ese tiempo injusto
que en ese instante
no pasaba por ese rincón
de silencio en el que pedían
perdón a la eternidad
porque les guardara un hueco
en el alma.
Ellos aún no lo sabían.
Pero querían amarse desde siempre.
Y lo sabían, entonces,
sin decir demasiado,
sus ojos.
2 comentarios:
Es que el amor se entrega primero con la mirada.
Hermoso, profundo e inocente como el amor en sus comienzos donde la seduccion juega su gran papel.
Cariños...
Muchas gracias por tus comentarios como siempre Oriana. Saludos desde Europa.
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