ETERNOS
No sé si te acuerdas,
pero hace algún tiempo
nos mintimos dulcemente
sin rebasar el umbral
del silencio que todo lo dice,
desde la mirada y la brilla
pupila del enamorado.
Nos propusimos
para el tiempo.
Tiramos los relojes
a nuestros labios,
como botellas al mar
para dejar la ternura
a mercer de la corriente
de piel de los arrumacos.
Nos contamos un cuento
donde la ciudad sabía a miel,
y las esquinas de las calles
terminaban todas en nuestros labios.
Sellamos el viento, me decías
mientras hablabas de querernos
como si el aire pudiera cerrarse
como un puerta frente a la ventana,
y el cielo tuviera fronteras
en el cariño.
Y no pudo ser demasiado.
No es más que instante,
a final, la eternidad fabulada.
Eternos. Nos propusimos
ser eternos en aquella mentira
dulce de cortar el tiempo,
mientras nos amamos.
Fuimos, casi eternos.
Eternamente humanos,
después de ti.
0 comentarios:
Publicar un comentario