MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 31 de enero de 2014

AQUÍ TE DEJO MIS COSAS



AQUÍ TE DEJO MIS COSAS

Aquí te dejo mis cosas.
Las mañanas sin tus ojos,
las tardes sin la dulce despedida
de tu último latido consciente.

Y lo que pude contarte,
y no quise aquel mediodía
en el que llovieron rosas
de las ventanas, y al tiempo
nos asomamos con cara
de niños y piñatas.

Ahora, aquí solo,
te dejo mis cosas.

Por si aún recuerdas
cómo nos quisimos,
con todas nuestras cosas.

jueves, 30 de enero de 2014

NECESITO UN PIANO



NECESITO

Necesito que me mires
para que me mire el mundo.

Y si puede ser, claramente,
aunque tus ojos sean negros
y en la pupila no te brille siempre
ese fulgor de estrella
que tanto amanece en la mía.

Necesito que me hables,
y los pianos que suenan
en las calles no desafinen
tanto con tristeza y desatino.

Y sea aún más hermosa
la belleza si puede ser,
mientras también me necesitas.

miércoles, 29 de enero de 2014

NO VOY A DECIR NADA

 
 
NO VOY A DECIR NADA

No voy a decir nada
que diga demasiado.

Me limitaré a darte besos
con mis ojos en las pupilas,
y mis labios en tus mejillas.
 
Y mientras estemos andando el mar,
no voy a decir nada
que diga demasiado.
 
Me quedaré tan solo
mirando infinitamente tu rostro
para cruzar los puentes
mágicos de tu ternura.
 
No voy a decir nada.

martes, 28 de enero de 2014

2 HAIKÚS MÁS



I

Solo hay luz.
Y la noche es clara.
Me miras tierna.

II

La tarde muere,
pero no mata lenta.
Y amaneces.

lunes, 27 de enero de 2014

TENGO UNA DEUDA

 
 
TENGO UNA DEUDA

Tengo una deuda que saldar.
Un piso de flores que regar
con algo de primavera ensoñada.

Un espejo por vaciar
de falsas siluetas.
 
Y toda una ciudad todavía
que contemplar con los ojos
misteriosos de mi alma.

Tengo una deuda.
Y no sé si podré saldarla,
hasta que empiece a soñar mejor.

Una deuda conmigo mismo.

domingo, 26 de enero de 2014

BREVE CARTA AL SR. CAPITAL (DÉCIMO DISCURSO HUMANO)



BREVE CARTA AL SR. CAPITAL (DÉCIMO DISCURSO HUMANO)

Estimado Sr. Capital:

En primer lugar, me gustaría pedirle disculpas por saber de antemano que anda bastante ocupado tratando de satisfacer sus quehaceres diarios y sus viajes de una punta a la otra del mundo en nanosegundos, si bien parece que no llega a todas partes. Le prometo también que no voy a extenderme demasiado en esta ocasión. En segundo lugar, me gustaría, si puede ser, que prestara algo de atención a lo que acontece a su alrededor. Me da la impresión de que, con bastante frecuencia, se le olvida que tras las cifras en las que se sustenta su cada vez más ingente tamaño, en ocasiones, algo abstracto y distante de los acontecimientos consuetudinarios de la rúa en una tarde cualquiera, hay gente. Hay personas con corazón y alma. Y en tercer y último lugar, solo deseo que no siga llevando a la poca humanidad que queda al suicidio colectivo. Deje de hablar de deudas y crisis que solo existen en unas cuentas virtuales de disco duro y códigos binarios. No trate las enfermedades y los enfermos como clientes rentables, ni ponga el dogal en el cuello a quien tenga el infortunio de no poder portarlo a usted en los bolsillos. No juegue a las bolsas de valores sin plástico y la ruleta en cabeza ajena y luego pretenda que los platos rotos los pague quien casi no puede permitirse ya una vajilla. Y, por favor, ante todo, no nos esclavice todavía más porque dice usted que le falta aire con tanta ley y que quiere "circular" más a gusto.

Ya le comenté antes que no iba a alargarme mucho. Y eso voy a hacer. Solo espero que se tome un segundo de su tiempo para reflexionar sobre estar carta. No debe convertir en capital de nuestras vidas su ingente capital. Aunque persista en ello y, a veces, parezca conseguirlo. Hasta pronto.

Atentamente

Un ciudadano sin capital

AMA



AMA

Ama. Ama bien.
No conjugues
solo dos sílabas
de un presente
de otro verbo cualquiera.

Ama. Ama al mundo,
y que no dependa de nada
ni de nadie la forma
en la que lo estés queriendo,
solo de tus ojos, tu alma,
y las pupilas abiertas
a la belleza del corazón.

Ama. Ama bien.

Abraza la luz
sin encandilar.

Despierta y haz algo más
entonces que levantar
la carga de tus párpados
cansados y derrotados.

Ama, y hazlo bien