MÚSICA PARA EL ALMA

domingo, 30 de septiembre de 2012

NO QUIERO CAMBIO




NO QUIERO CAMBIO

No quiero cambio.
No quiero metal, ni gloria,
ni galones, ni pedestales
a cambio de besos o emociones.

Las coronas siempre
acaban oxidadas,
mientras un segundo corazón
late en otro torrente de sangre
al ayudar al amigo perdido.

No quiero cambio,
y no quiero que cuenten
conmigo cada céntimo,
sino que cuenten conmigo
para ser amigo, y ser humano.

No quiero cambio, ni galones.
Tan solo amistad y recuerdos,
porque, al final de todo,
las coronas acaban oxidadas,
y los tronos de cualquier reino
derrocados por el tiempo
o la guerra.

Solo quiero
que alguien me quiera,
amigo.

viernes, 28 de septiembre de 2012

COMPRARLE EL CIELO




COMPRARLE EL CIELO

Iba a comprarle un trozo de cielo a su hija. Había juntado con mucho trabajo, y durante algún tiempo, algunas perras chicas para construirle aquel pequeño castillo de naipes y algodón en forma de vestidito azul. Corrían malos tiempos. Sin embargo, ambas se dedicaban miradas tiernas de camino a un mercado cuya esencia de frutas, gofio y tomillo hipnotizaba los sentidos de todo aquel que tenía el privilegio de degustarla. Todavía los parqués no consumían con activos y fondos sin inversión humana la humanidad de aquellos angostos pasillos. No importaba que bajar por el Guiniguada pedregoso y hostil resultara ardua tarea: "esta tarde las hadas vendrán de visita a tu puerta cariño"- le decía casi susurrando a su retoña Yaiza, Carmen. La pequeña sonreía y bien valía un trozo de cielo para ser feliz en medio la tormenta y las interminables semanas de trabajo en los tomateros para Carmen. Algo más que unas perras chicas que no solían ladrar demasiado en el fondo de su bolsillo vacío.

jueves, 27 de septiembre de 2012

CIERRAS LOS OJOS




CIERRAS LOS OJOS

Cierras los ojos.
La distancia a un sueño
es más corta tras el cansancio.

Un suspiro basta, la noche incendia
de luz los balcones que despiden
miradas tristes en la ciudad.

Y entras en otra ciudad
donde los barrios no huelen
a asfalto, y el corazón
sabe a miel y aire.

Te acuerdas de repente
de aquellos columpios
en los que volaban los besos
inocentes como las olas
que se levantan en el océano.

Y surcas otras esquinas
donde no tiene límites la esperanza.

Escuchas otra voz que parece
no acabarse con el silencio:
dormido el día se acabó
la gravedad del tiempo.

Y pasas sin ser
durante un instante
que es tuyo, y no de las agujas.

Te preguntas y dices
que vale la pena estar vivo
para vivir la eternidad un segundo.
Y se te va yendo la fatiga.
Se termina el puente de aire
hacia el viento que tejía
tu consciencia algo alocada.

Y eres feliz hasta entonces.
Y has sido hasta entonces.

Mientras has cerrado los ojos.
Y el tiempo no era tiempo,
y el amor era simple
como una hoja caída,
y sencillo como las cosas sencillas.

Y despiertas.
Vuelve a envolverte la ciudad
de los labios de humo,
y las sonrisas de mármol.
.
Quisieras volver a soñar.
La eternidad es solo tiempo
para el cansancio, y el sueño
.

AHORA ERES UNA HERIDA





AHORA ERES UNA HERIDA

Ahora eres una herida
que se propaga rauda
más allá de la sangre.

No hay cicatriz que me cure
de echarte de menos,
y tampoco mariposa en arrullo
sobre mi estómago cuy batir
de frágiles alas
me haga olvidarte.

A veces, te necesito.
Otras, te amo simplemente,
aunque desgarre en cada palabra
otro trozo de estos labios
de verbo, metáfora, brizna,
aire y polvo leve como yo.

Y otras tantas dueles
como el tiempo en cada aguja,
cuando no para de sangrar
horas de ausencia tras balcones
donde solo se asoma
la soledad de sentir tu ausencia
siempre acompañándome.

Ahora eres una herida
que se propaga más allá
de la sangre, como el horizonte
quimérico de tus ojos.

Cuanto más cerca
parezco mirarlos,
más lejos los contemplo.

Y me duele, me duele
esta herida nuestra
que solo sangra en mi tristeza.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

SOY EL PRÍNCIPE



SOY EL PRÍNCIPE

Soy el príncipe
de un cuento llamado bienestar.

Donde existía la democracia
sin porras, ni infiltrados,
ni sangre derramada en los balcones
cual cortina de miedo
en los alaridos de desesperación
de un pueblo oprimido.

Érase un vez, entonces,
el mercado de las conversaciones,
las granadas que no explotaban,
y las samas recién cogidas.

Érase una vez la voz
embriagada de libertad,
y el David que no tenía nunca
que enfrentarse a un Goliath
de bandera soberana sola
en un parlamento sin razón popular.

Érase una vez que esta
representaba, y érase una vez
que en el teatro del mundo
los sueños eran buenos actores
sobre los escenarios de la plastilino
e incansables marineros
de barcos de papel
hacia horizontes quiméricos.

Érase una vez que se podía ser
humano sin tanto mercado,
ni tantas balas ni fusiles.
´
Pero ya no toca eso.
El cuento de la democracia
ahora se ha tornado en historia
de miedo y porras sin apuestas.

Y yo no soy más
que otro príncipe trapecista
de los sueños derrocado.


martes, 25 de septiembre de 2012

HOMENAJE AL 25-S





HOMENAJE AL 25-S

La democracia se siente enferma
de mercados y falsos parlamentos.

Su voz ha estado sola,
como un amigo cuyo recuerdo
no corre la memoria
de otro amigo.

Se han olvidado de su Historia
hasta este preciso instante.

En algunos parqués sin columpios
algunos la utilizan como bailarina
de chachachá crediticio,
y orgías de avaricia
sin límites en un cántaro
de papel moneda que solo rompe
derechos y pasos proletarios.

Y durante algunos días
parecía tener quien la quería,
pero no era cierto que la amaran.

Solo una prima de riesgo,
y su hermano bancario
se le habían acercado
activos tóxicos en mano,
y entelequia en los labios.

Objeto de una noche loca
de transición sin cambio.

Trasnochada y hambrienta de palabras
se había quedado. Los palos
la habían amedentrado,
y solo los nadies
querían que regresara.

Muchos perros habían ladrado,
pero ya se sabe que la codicia
no entiende de versos animales,
ni pisadas humanas en el asfalto.

Y la función ha durado treinta años.
Ahora ya no es actriz protagonista
en una nación de mercaderes
y terroristas financieras.

Sin embargo, hoy se siente
algo más feliz. En un día otoñal
de septiembre se ha despertado
con la multitud en los hombros,
y la libertad en ristre.

Gracias de nuevo, democracia
por haber vuelto en este día.

25 - S.

Hoy soy un poco más feliz.



lunes, 24 de septiembre de 2012

FALTA POESÍA





FALTA POESÍA

Falta poesía ahora.
En los sueños que se entierran
bajo un manto gris de asfalto.

En las palabras que callan
las prisas por llegar
a un paraíso de plástico,
pecunia y bienestar.

Y en lo que no somos,
más que tiempo perdido,
más que sangre sin sangre,
más que fantasía ausente
sin Peter Pan que salve ahora
la humanidad del garfio
de la avaricia.

Campanilla tampoco quiere
romper sus alas en la urbe
donde cada noche las farolas
despiden el peso de los pasos
de caminantes sin camino,
y de niños sin segunda oportunidad
para columpiarse en la esperanza.

Falta poesía ahora
en los versos de esta ciuad.



domingo, 23 de septiembre de 2012

PARA QUE TÚ PASARAS



PARA QUE TÚ PASARAS

Hubo de pasar, y andar,
y correr, y volar el tiempo
para que tú pasaras,
y anduvieses, y corrieras
como la brisa que parece
tener prisa por un último vals
con las hojas caídas del otoño.

Para que tu nombre
colmara todos los nombres.
Y cada página de la historia
tuviera otro color los días
grises de invierno.

Para que fueras casi sin ser,
y para que no tuvieras olvido.

Hubo de pasar el tiempo
por los relojes de la sangre,
y tus labios por mi boca
tuvieron que pasar también.

Para que tú pasaras.

sábado, 22 de septiembre de 2012

EL TORO DE OSBORNE




EL TORO DE OSBORNE

El toro de Osborne
ahora no entra por la puerta.
La cornamenta es ya
demasiado larga.
Y el ruedo se queda pequeño
por desgracia, cuando se acaba
la lucha por mantener a flote
un naufragio anunciado.

Y poco entiende del amor.
Y de esa dulce estocada
de Morfeo y Cupido al corazón.

No le sangra la honestidad,
y tampoco sabe de uniones
más allá del egoísmo.

Es triste, pero el toro
de Osborne también llama ahora
a las puertas del amor.

viernes, 21 de septiembre de 2012

EL MIEDO





EL MIEDO



El miedo es puerta cerrada.

Rincón sin descubrir.

Nube en la que no se monta

ningún pájaro de barro.



Perder lo que puede

estar todavía por ganar.



Camino sin estelas.

Y derrota sin lucha,

cuando por miedo a empuñar

la razón alocada

de la consciencia

se cede a lo cotidiano,

lo de todos los días posibles

por no ir a lo imposible.



Y no digo que sea malo

Porque a la guerra

yo también tengo miedo,

y a las balas, y a la muerte.


Pero a la vida

no se le debe tener miedo.



Porque ya se pierde demasiada

cuando se convierte

en una muerte vivida.

Por el miedo.

CARTA DESDE EL EXILIO



CARTA DESDE EL EXILIO

Buenos días,

No hace mucho cumplí 27 años. Me crié en el seno de una humilde y proletaria familia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, capital de Gran Canaria. Como muchos otros niños, empecé la escuela con cuatro años. Todavía recuerdo aquel instituto algo desvencijado y de lóbregos pasillos por el que tantos sueños transitaban. Mientras mis dedos surcaban los trozos de plastilina con las que construíamos nuestros pequeños palacios de sosiego y fantasía, soñaba con sacarme una carrera y ser un hombre de provecho en el futuro, como mi padre se había empeñado en inculcarme desde la cuna. La única manera de subir peldaños era dedicar todo tu esfuerzo a estudiar y aún más en mi caso. Tengo una leve hemiparesia (parálisis bastante leve del lado derecho en este caso) y sabía que mi inteligencia era mi única arma en el mercado laboral. Muchas veces, recuerdo que me decía: "estudia mucho, sácate unas oposiciones y resuelve tu vida". Él había logrado hacerlo a la temprana edad de 21 años, al conseguir su plaza de profesor en un colegio de Valleseco. Era todo un ejemplo que yo debía seguir. No tenía otra cosa en mente y debo decir que, dentro de mis limitadas posibilidades, era un príncipe entre los escombros y la miseria que se amontonaban en el barrio. Otros, desde su más tierna infancia, ya padecían en sus carnes la terrible experiencia de una familia sin padre o hermanos. Sin estabilidad y abocados a vagar por el mundo como soldaditos de cartón a las órdenes de sus superiores. En mi entorno, era todo un afortunado y debo reconocerlo.

Entre risas, jolgorio y algún que otro disgusto, se arrancaron unos cuantos calendarios. A los 12 años, terminé la Educación Primaria con ánimos renovados. Otra etapa de mi vida se asomaba al tiempo, como se asoma el mar a la orilla de cualquier playa cuando lo arrastra la corriente dulcemente. Comenzaba la ESO, una etapa en la que se suponía que iba a adquirir los conocimientos necesarios para dar los primeros pasos hacia lo que era mi objetivo prioritario: entrar a la Universidad. Sin embargo, las cosas comenzaron a tornarse algo complicadas. Recuerdo que hubo unos años en los que no pasaban dos días sin que algún acto de vil y cruel vandalismo azotara nuestro instituto o los aledaños. Ya oía incluso a algunos que se dedicaban a hacer apuestas sobre quién sería el próximo en liarse a puñetazos con los más fuertes del instituto, algo que creo que se dejaba correr con total impunidad por aquel entonces: "cosas de niños, ya se sabe". No obstante, y pese a aquel ambiente turbio y sórdido, seguía albergando esperanzas de llegar a alguna parte, lejos de aquel círculo de drogas y conflictos en el que se estaba convirtiendo el barrio.

Y así discurrieron cuatro años más, hasta que llegué al Bachillerato. En ese momento, me tocó mudarme a otro instituto, El Perez Galdós, donde debo decir que conocí a compañeros maravillosos. Allí se nos insistía también en que valía la peña sudar y esforzarse por acabar aquello en dos años, aprobar la PAU y encauzar nuestro camino hacia los pasillos de las facultades que nos curtirían como seres sociales válidos y de provecho. Sin muchos contratiempos y con muchas ganas de seguir adelante, cumplí bastante bien con el compromiso y en dos años enfilé la facultad de Informática del Campus Universitario de Tafira, una carrera que dejé al año siguiente porque me percaté de que las matemáticas, los algoritmos y aquellos laberintos de cálculos imposibles no me llenaban precisamente. Fue entonces cuando decidí dar un giro radical en mis aspiraciones y me decanté por la Traducción y la Interpretación. Cinco años, uno de los cuales lo pasé en Ginebra como estudiante Erasmus con bastantes buenas calificaciones y el encargo de un libro aún por publicar, tuvieron que pasar para que obtuviera mi licenciatura. Cinco años de mucho esfuerzo, de horas sin parar de estudiar para formarme en algo cuya pasión se había desvelado en mí: el aprendizaje de lenguas extranjeras. Cinco años tuvieron que volar como pájaros de papel en el aire para llegar a la graduación y posterior etapa de búsqueda de empleo. Tras haber compaginado los estudios con dos becas de colaboración, y gracias al esfuerzo denodado de mis padres, quienes tuvieron que pagar dos matrículas durante el primer año (soy gemelo con otro), me enfrentaba al mercado laboral en plenas facultades. Eso creía.

Sin embargo, me di de bruces con la realidad nada más salir de los grisáceos pasillos de la facultad del Obelisco. No paraba de echar currículums, porque quería abrirme camino cuanto antes en esa jungla competitiva en la que no se vislumbran precisamente lianas y árboles frondosos. La frustación se apoderaba ya de mí en aquellos primeros compases. Ninguna entrevista, ningún atisbo de oportunidad en el horizonte, traducciones por cuatro duros que salían como gotas de un grifo que se deja semiabierto, y pocos gramos de lucha me quedaban por consumir. Y lo triste es que hablo del año 2009, un año en el que se supone que todavía España no estaba tan mal. Así pasó un año y medio entre becas, clases particulares y jornadas que empezaban a las 6 de la mañana para terminar a las 11 de la noche. Recuerdo que durante todo ese tiempo, lo único en lo que pensaba era en ahorrar lo suficiente para estudiar otra de mis vocaciones: el periodismo.

Y lo conseguí. Me dieron plaza en Murcia en septiembre de 2010 y dejé por segunda vez mi isla. Me dije a mí mismo que con una segunda carrera en el bolsillo y hablando varios idiomas tendría más oportunidades. Nada más lejos de la realidad. Me concedieron alguna entrevista que otra en asociaciones de dispacacitados. Llegaron a ofrecerme un puesto de recepcionista en un hotel en el que estaba posicionado como la mejor candidatura, pero claro, primero hay que contratar a los amigos. Si no tienes el enchufe ideal, es imposible conectarse al selecto mundo español de los trabajadores con derecho a una buena remuneración. Así funciona el país. Y así pasó un año y dos meses, hasta que me llamaron para ver si aceptaba una beca Schuman como traductor en el Parlamento Europeo en Luxemburgo. Por una vez, parecía que alguien me reconocía en parte mis méritos y me dije que debía partir a la aventura. Lo cierto es que ya estaba hastiado de que me cerraran las puertas en casi todas partes, salvo en el Fnac, y justo en el momento en el que se presentaba la oportunidad de trabajar en aquello que había estudiado en una de las instituciones públicas más importantes del mundo.

No podía dejar escapar la oportunidad. Y allí pasaron cinco meses que se antojaron un poco más duros de lo que cabía esperar en un principio, mientras no dejaban de llegarme malas noticias desde mi nación. Tijeras a los bolsillos y pobreza cada vez más palpable. La debacle comenzaba a cernirse, y había que buscar la manera de quedarse, aunque fuera duro imaginarlo en aquellos instantes. Muchos piensan que emigrar rumbo a otro país significa que todos los problemas se acaban, y no es cierto. La realidad empieza donde acaba "Españoles en el mundo". Entre algunos altibajos y malos momentos, conseguí acabar la beca y, justo después, me llamaron de una empresa de traducción financiera, en la que estoy trabajando en la actualidad. Debo decir que es duro estar a más de 3500 kilómetros de tu familia y tus allegados y tener que hacerte la idea de que solo los podrás ver 3 semanas al año como máximo. No es oro todo lo que reluce por mucho que se empeñen en reflejar otra realidad posible, soslayando cuanto ocurre en muchas cadenas que, sin que llegue a entender por qué, casi fomentan que nos vayamos antes que animarnos a que nos quedemos y luchemos por levantar el país. La juventud se está descuidando hasta niveles inaceptables en España con más de la mitad de la población juvenil en paro, mientras ciertos habitantes de un Olimpo mundano y ministerial pretenden alargar la jubilación hasta los 67 (si no lo han hecho ya), todo un avance en nuestros derechos claro. No obstante, me siento valorado como trabajador y como persona, algo que mi país no fue capaz de proporcionarme durante los 24 años que estuve viviendo en él. En lo más hondo de mi ser, tengo muchas ganas de volver, pero luego surge la pregunta de "¿Para qué?". Y para eso hay una única respuesta: para volver a estar jodido y ser un mendigo proletario que algún día soñó con ser príncipe de oficina y buen puesto. He tenido que esperar a estar en otro país para que alguien se dignara a ofrecerme un contrato laboral en condiciones. Muy triste. Ahora soy simplemente un proletario que busca su pan diario en Luxemburgo, desde el exilio.

Atentamente

Un exiliado.

jueves, 20 de septiembre de 2012

NOVIO DEL RIESGO




NOVIO DEL RIESGO



Ser humano, a veces,

sin duda es ser novio del riesgo,

y amante de las curvas

rectas, y otras no tan rectas.



Jugar a ser funambulista del tiempo,

y trapecista del instante.



Hacer travelling vital como si la vida

fueran escenas de recuerdos

que ocurren de repente,

cuando se quiere vivirlos.

.

Encender el corazón como una hoguera

después de cada diluvio,

y volver a pisar la nación

de unos besos

después de un trago amargo.



Ser humano es también

ser de otro modo.



Querer vivir sin que la vida

sea una muerte vivida,

sino más bien una vida

alegremente pasada.



Hacerse amante de los vaivenes,

espectador asiduo de las obras

y escenarios de la existencia,

pedirle la mano como novio

al riesgo y casarse, a veces,

con la aventura como el río valiente

que siempre busca el mar

en su carrera de agua.



Ser humano es

vivir siendo novio del riesgo.



Sin duda, y sin dudas.

TODOS SOMOS TODOS





TODOS SOMOS TODOS

No lo sabemos, pero somos
todos parte de todos.

Todos somos polvo,
como gotas en la corriente,
como agua en las fuentes,
como hierba en los bosques,
como piedras en los arenales.

Somos el mundo
lleno de mundos.

La Historia de las "sin historias".
Los remos que tiran ahora
de galeras y trirremes
mercantiles de inversión nula
en valores no mobiliarios
o naufragios de pecios humanos.

Duda, paz, a veces, revolución.
Tiempo de colores, blanco,
negro o gris.
Con agujas de reloj
o bisturís de segundos.
El que no quiere despedir
otro día sin remedio.
El que no quiere romper
el mediodía con su tristeza.

Y el que anda aún
sin saber cómo no gastar pasos.

Todos somos todos,
y parte de todos.

Aunque todavía no lo sepamos.

DUELE LA VIDA




DUELE LA VIDA



Duele la vida ahora.

El corazón es un anuncio

de lo que sucede,

mientras el tiempo

deja de ocurrir.



Y el mar canta despedidas

de espuma en las orillas.



Estoy triste aún sin saber por qué.

Porque duele la vida

entre tantas vidas que no conozco.



Y cada minuto que respiro

siento que se va otro suspiro

melancólico de la boca.



No puede ser que se pierda

así la existencia como el tren

que se aleja al atracar

solo un segundo en la estación.



Y dejar atrás los raíles

como cremalleras abiertas

de un destino que siempre

se cerrará en algún viaje

al infinito finito de ser humano.



Estoy triste, y no me pregunten

ahora por qué.



En la ciudad un niño juega

a la vida, mientras yo paso

sin que suceda nada más

que el tiempo.



Y dejo de ocurrir.

TÚ ERES SIEMPRE TODAVÍA




TÚ ERES SIEMPRE TODAVÍA



Tú eres antes, y siempre

todavía. Ayer te marchaste,

y hoy sigues estando aquí.



No he sabido cambiar los colores

de esta habitación, y tampoco

sé cómo despedir mi boca

de tus labios sin que sepa

a adiós la separación de la carne.



No puedo acostumbrarme tampoco

al viento cuando silba con tu voz,

aunque tu recuerdo solo devuelva

silencio y besos de ausencia.



Y sigues siendo siempre todavía

como el tiempo que no paso

sin tiempo en tu ansiado cuerpo

de espuma, mar y distancia.



Tal vez, te echo de menos

simplemente aún, y siempre.



Y cada palabra respira

de esta soledad acompañada

de tus brazos infinitos,

y tu sonrisa de primavera,

ahora solo con raíces

de melancolía en la estrofa.



No estás aquí,

y sé que no vendrás.



Pero aún así,

hoy eres siempre todavía.



Porque solamente

te quiero.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DUDAS




DUDAS



Tienes la mirada

llena de horizontes

dispersos y confusos.



Tu corazón, tal vez, es un tren

que no sabe si quedarse

en la estación de este día

o seguir rumbo a otros días.



Tu ser te pide que camines,

pero ahora no sabes dónde

pueden llevarte tus pies

de latidos, y palabras,

y respuestas sin preguntas.



Pero ahí estás, dudando

si ser o no ser.

Si querer o no querer.

Con la mirada llena de horizontes

infinitos sobre el mar

luminoso de la pupila.



Quizás, ahora, debas ser

simplemente como cuando el cielo

llora dejando caer la lluvia

sin más destino que el asfalto.



Y mientras tanto, no dudes demasiado.