DE VIAJE
Ahora ando de viaje
por el paisaje inhóspito
de otro poema por escribirse.
Mi vida me pide otra página
más de belleza por que transitar,
mientras algunos se empeñan
en que siga siendo pájaro
de jaulas acristaladas y ruinas.
Yo sin duda ando de viaje.
Y seguiré andando de viaje,
mientras me quede
toda la vida por anda.
De viaje a la maravilla
de estar vivo.
TODO EL MAR
Nos dijeron que no éramos nada.
Se equivocaron. Somos el mar.
Todo el mar de luz
que desprenden nuestras almas,
cuando nos amanece el corazón
desnudo ante la belleza del mundo.
Somos mucho más que nada.
Somos todo el mar de chispas
de este universo humano
que algunos quieren eclipsar.
De eso nada que no somos nada.
Somos todo el mar.
CONECTAR
Hoy necesito conectar
más allá de una red de ondas.
Necesito mirar hacia dentro,
y hablarme desde el alma
con la sintonía confusa
de mí mismo y mis dudas,
y mis miedos, y mi tristeza.
Tal vez, adentrarme en esa tormenta
silente de mi corazón,
cuando piensa que no ama,
aunque ya ame al mundo
desde el pulso de sus latidos
imperfectos y humanos.
Conectar más allá del whassap.
En la frecuencia inédita
de lo que pienso que soy.
Necesito conectarme.
Viajar hacia lo que soy.
Y desde ahí, amarme
y amar mejor al mundo.
TE QUIERO MUCHO, MUNDO MÍO
Te quiero mucho, mundo mío.
En tu desorden y tu incertidumbre,
entre tanta pregunta y elevado
nivel de entropía permanente,
porque en ello siempre encuentro
el verso maravillosa que encauza
mis curvas de miedo y tristeza.
Porque, mundo mía,
aunque muy pocos te vean
desde la mirada pura del alma,
eres todo un misterio de belleza
que cada día me descubre
otra poesía al amor
por estar vivo y vivirte.
Te quiero mucho, mundo mío.
TRAS LA TEMPESTAD
Dicen que tras la tempestad
llega la calma.
Y hoy llueve mucho
sobre mis mejillas la tristeza,
mientras mi soledad grita en silencio
su armonía de ausencia.
Tras la tempestad llega la calma.
Y estoy seguro de que esta tormenta
de melancolía que azota
ahora mi corazón pronto amainará.
Tan solo partirás a otra poesía.
Dejaré de echarte de menos,
y ya no lloverá
sobre mis mejillas la tristeza.
Tras la tempestad.
ARRÓPAME
Tengo frío. Arrópame,
aunque sea de tu ausencia.
Ya llegará un verano de besos
a este invierno de melancolía.
Ya llegarán las palabras
a cruzar tu comisura de azucena.
Y seremos verbo en la carne.
Y me abrigarás con caricias
de la soledad del mundo.
Hasta entonces solo te pido:
tengo frío. Arrópame,
aunque sea de tu ausencia.
