EL VIENTO ME DICE ADIÓS
El viento me dice adiós ahora.
Acarrea tus besos de nostalgia,
y tu piel de melancolía,
y tu belleza de ausencia.
En una metáfora de aire
que abraza desesperada
los últimos coletazos de un otoño
cuya hojarasca seca sabe ahora
a tus abrazos perfumados de lejanía.
El viento me dice adiós,
y me persigue ahora tu hálito
de nostalgia y el cándido verbo
de echarte de menos.
Estoy solo a una poesía
de reencontrame contigo.
A un soplo del viento
que me dice adiós de ti.
NUEVO AÑO
Nuevo año. Nueva oportunidad
para que la primavera se asome
a los balcones infinitos
de tu mirada.
Nuevo año. Nuevos latidos
del alma por cantarme
la armonía de la poesía.
Nuevo año. Nueva poesía.
Nueva vida para la belleza.
ABRE LOS OJOS
Abre los ojos. Mírate adentro,
y escucha esa música del corazón
que te late en tu alma humana.
Ve hacia tu mirada de esperanza,
y viaja hasta en la melancolía
por las alas de agua
de tus lágrimas cual metáfora
maravillosa de la nostalgia.
Abre los ojos. Mírate adentro,
y despierta tal vez ese gigante dormido,
universal y de luz
que siempre has sido,
aunque nunca lo supieras.
Abre los ojos. Sueña contigo.
Con ser tú con todo
el universo que te rodea.
Pura poesía propia
desde tu verso de honestidad.
Abre los ojos. Mírate adentro,
y búscate como si fuera
el más bello de tus periplos:
cuando te encuentres,
empezarás a encontrar la vida.
Abre los ojos y mírate adentro.
OTRO IDIOMA
Nosotros ahora y siempre
hablamos otro idioma.
Cuando en los ojos sobrevuela
un agua de nostalgia,
y la melancolía se posa
en la mejilla como un río
agridulce de recuerdos pretéritos.
Cuando nos decimos todo sin hablar,
y nos tocamos la desnudez
del alma sin rozarnos la piel.
Desde las silentes palabras
del alma cuando canta y ríe,
y el cuerpo responde
con una ópera de latidos
de sandía y primavera.
Nosotros ahora y siempre otro idioma:
el silencio de quienes se aman
desde la poesía del lado
sincero del coraz´no.
ESTOY CON MUCHOS, SOY MUCHOS
Estoy con muchos, y soy muchos.
En un mismo cuerpo, a veces,
parece que me golpean el pecho
miles de latidos de sandía
que no llegan a ser corazón.
El ruido de la ciudad me distrae.
Y cuesta mucho encontrar
la armonía de la vida
entre tantas notas cotidianas,
acordes desafinados de melancolía
y silencios de nostalgia.
Pero pese a todo.
Y pese a estar con muchos,
y ser muchos, siempre busco,
entre todas las interferencias
que implica este mundo sin poesía,
busco la música de mi corazón:
la canción que es mi alma.
Pese a estar con muchos
y ser muchos.
SOLO LA VERDAD
No me cuentes ahora
lo que puedes o quieres ser:
yo siento que el mar
me abraza cuando me miras.
Y me basta con nadar
en tus iris constelados
para inundarme de tu luz.
Por eso, no me cuentes ahora
lo que puedes o quieres ser:
solo sellemos la verdad
de nosotros con un beso.
Sin más, solo la verdad.
Solo nuestra verdad.
CONTIGO
Contigo
pongo nombre a la lluvia.
Dicen que hueles a petricor,
cuando abrazas la tierra.
Y pongo música de belleza
al silencio decrépito de una ciudad
de ángeles envejecidos y pájaros
enjaulados en oficinas de oro.
Contigo el mar murmura
canciones de agua que nadie escucha,
salvo mis oídos de primavera,
y susurra la calle
una próxima melodía
de pasos hacia el sueño.
Y se viste de carnaval la pena
para ponerse el atavío
de alegría con bordado de sonrisa.
Contigo el mundo es increíble,
y la vida más bella si cabe.
Contigo, poesía.
SER Y ESTAR VIVO
Poco a poco me voy sacando los invisibles grilletes que imposibilitaban mi andar libre y consciente por la vida. Me voy sacando las esposas que me maniataban sin que apenas lo percibiera y extiendo mis alas de ensueño al ritmo en que maneja torpemente la plastilina un niño en su intento por construir un mundo de fantasía. Y voy sintiendo una carga cada vez menor en mi mochila de prejuicios, miedos, nostalgias y tristezas varias. En ese incierto periplo llevo más de año y medio.
Un año y medio de sorpresas y aprendizaje. Todo tipo de seres que se dieron cuenta del engaño de la persona jurídica y la subrepticia posesión del esclavo por parte del Estado a través del DNI. Y debo confesar que no todo ha sido de color de rosa hasta ahora. Sigo albergando muchas dudas sobre aquello en lo que quiero irme tornando y lo quiero ser de cara a un futuro no muy lejano. Nadie dijo que resultara fácil ser y estar vivo, si bien no me cabe duda de que quiero seguir por esta senda de descubrimiento y gratas sorpresas que la vida me está brindando a diario en forma de un maravilloso amanecer joven cada día, perseguido de otra tarde. Y unos gramitos más de conocimiento y experiencia que añadir al equipaje de la existencia entre notificación y notificación al Estado esclavista.
Quiero seguir siendo y estando vivo, y debo dar las gracias en parte por ello a la Academia Soberana y la Comunidad No Consiento. Porque yo solo consiento ya que me traten como ser vivo y natural, divino en su forma única e irrepetible. Gracias Academia Soberana.
NADIE MÁS QUE YO
Nadie más que yo
para encontrarme.
Con una mirada sincera
hacia dentro. Con mis luces
y mis noches de miedo,
nostalgia y melancolía.
Nadie más que yo
para encontrarme.
DEJARTE ATRÁS
Dejarte atrás. Y que te marches
también si puede ser de mi alma.
Tengo que dejarte atrás.
Porque sucede que todo pasa,
y así como el río discurre
hasta morir en el mar,
tienes que irte.
De cada uno de mis latidos.
Y que se vaya difuminando
tu música de ausencia y nostalgia.
Porque tengo que dejarte atrás.
Y que te marches
hasta de mi poesía.
SUCEDE QUE AÚN NO SOY
Sucede que aún no soy.
Solo paso por el mundo
como otro transeúnte de la rutina
infinita hacia la mentira
de correr hacia el éxito
por un mundo de sueños
sin párpados ni historia.
Sucede que aún no soy,
pero quiero levantarme
hacia mí mismo desde mi nada.
Porque estoy en mi camino
hacia lo que soy.
Aunque suceda que aún
me falte un poco para ser.
LO SUFICIENTE
Tendré suficiente,
cuando tenga conmigo.
Y lo demás sobre.
Conmigo, con nada,
y con todo lo que soy.
Yo mismo o mi intento.
Lo suficiente.
TODOS SOMOS UNIVERSO
Yo vengo de ti,
cuando me abrazas,
y se nos enciende el alma
como una estrella lúcida
en esta ciudad de sombras.
Yo me vengo de ti,
y me incendio de amor,
y tú también te incendias
de afecto cuando en un susurro,
casi sin palabras,
nos decimos todo lo que somos.
Porque podrán quitarnos la casa,
el coche, el ordenador, el dinero
y todo lo material
que llevemos en el portabultos.
Pero nadie podrá arrebatarnos
el corazón de magia que nos late
en lo más hondo del alma,
esa luz que siempre se ilumina
cuando le damos al interruptor
de nuestro astro lúcidamente humano.
Todos somos universo.
Solo te pido ahora
que me des tu infinito abrazo.
CARTA DE PERDÓN A PAPÁ
Buenas tardes papá,
Ahora te entiendo mejor. Ahora entiendo que me querías como mejor sabías. Que me amabas de la mejor manera que sabías expresarlo. De la forma en que te habían enseñado. Nada más y nada menos. No me dabas abrazos, porque nadie te había dicho que esa era una forma de transmitir sana el cariño y el afecto hacia otro ser querido, pero no cabe duda de que me amabas. Siempre me quisiste y te preocupaste por mí. Nunca me faltó el cobijo y tampoco el alimento, así como tampoco tuve que andar descalzo por la calle, como me contaste que tenías que hacer en tu más tierna infancia, en una época en la que España no atravesaba, digamos, por el mejor de sus momentos. Por esta razón, hoy debo pedirte perdón. Debo pedirte perdón por no entender la forma en que siempre me expresaste tu amor. Siempre me quisiste, papá. Y ha tenido que llegar este día para que te comprenda mejor. Espero que esto te llegue allá donde te encuentro. Te quiero, y te pido perdón, papá.
DESDE TODO Y NADA
Desde todo y nada, te quiero.
Te quiero con todos mis fallos,
mis curvas que siempre intentar
ser cada día algo más rectas.
Desde mis dudas y miedos.
Desde mi alegría y mi melancolía.
Desde la distancia que nos separa
ahora de un echarte de menos.
Te quiero desde que amaneces,
con tu pelo enmarañado
y las legañas en tu mirada,
pelágica y a la vez mundana.
Sin maquillaje, genuina,
porque tal vez en tus brazos
se ensancha un mar de belleza
en cuya maravilla quiero deleitarme.
Desde todo y nada, te quiero.
Desde lo que soy y no soy,
cuando me alejo de mi centro.
Te quiero, desde mí.
Desde ti, y sobre todo,
desde la pequeña inmensidad
que somos juntos.
Te quiero, desde todo y nada.
NO ESCUCHO BIEN MI SILENCIO
Demasiado ruido aún siento
en lo más hondo de mi interior.
Hay demasiadas interferencias
de apegos materiales, incertidumbres
de respuesta compleja y otras tempestades
que arrencian en lo más insondable
de mi ser ahora mismo.
Y sé que por eso ahora
no escucho bien mi silencio,
y se me escapa entre los dedos
la maravillosa armonía de la vida,
cuando la tempestad de esta suciedad
a la que llaman sociedad
acucia en mi presente.
Pese a todo, aún estoy a tiempo
de escuchar al hermoso silencio
de los latidos de mi alma.
Con la mano en el corazónm
y desde todo el amor del mundo.
NUESTROS RECUERDOS CORREN
Nuestros recuerdos corren, raudos,
como los mismos relojes
que los arrastran por los días,
los meses, y los años
que se persiguen inexorablemente-
Y se nos olvidan de la rutina,
aunque siguen rugiendo en el alma
como un mar de caricias
que no acaba de erizar la piel.
Nuestros recuerdos corren
y se marchan sin demora,
tal vez, hacia otra eternidad,
mientras se nos quedan escritos
en las orillas tiernas del corazón
Y corren, y vuelan, y se marchan,
pero se nos encierra la vida,
y en el alma nos quedan
escritos los recuerdos.
ME PESA EL CORAZÓN
Ahora me pesa el corazón.
Tal vez, demasiado.
Porque mi luz es ingrávida,
y mi ser también es tal vez
algo más que la materia
de la que creo estar hecho.
Soy solo una estrella humana
más de las que este mundo alberga.
Un ínfimo universo de dudas,
incertidumbre, pero también alegría.
Y tampoco me deberían suceder
tantas tormentas de melancolía
en la mejilla, y que se me inundase
la mirada de tristeza.
Pero supongo que es lo que tiene
ser humano y buscarse para adentro.
Que, a veces, pesa más
de lo que deberían el corazón,
y la luz de alma
ADIÓS, PERSONA
Llevaba años sintiéndome esclavo. No puedo decir que portase esposas en las manos o grilletes en los pies. Pero me sentía esclavo, muy esclavo. Esclavo en una cárcel sin barrotes aparentes, cuyos muros se hallaban en leyes, en una Carta Magna cuyo adjetivo le quedaba ya grande. En cláusulas de un contrato social que, a mi leal saber y entender, nadie me había dado para que lo corroborase o lo firmase. Y debo confesar que, en estos más de dos años y medio de plandemia, esa sensación claustrofóbica que padece aquel contumaz que se niega a pasar por el aro de un Estado corrupto y podrido se ha ido intensificando. Ahora bien, hace cosa de algo más de un año, parece que todas mis preguntas respecto de dicha esclavitud encontraron las respuestas adecuadas.
Corría el mes de junio de 2021. Mi vida se había tomado un descanso por aquel entonces y nada parecía motivarme. Sin embargo, mientras escuchaba el programa "La voz de España" en el Canal 5, uno de los hermanos Badea comentó el significado de "persona", una palabra tan común en nuestro vocabulario cotidiano. Me acuerdo, como si fuera ayer, de cómo me dio vueltas la mente en aquel momento cuando dijo que la persona era la máscara que portaban quienes representaban una obra en el teatro romano. A ello le sumó explicaciones sobre la Ley Marítima y sus nexos con lo que denominaba la "Ley Natural". En un principio, todo me sonaba a chino, si bien, como buen periodista, me puse manos a la obra y empecé a dedicarle tiempo a investigar que implicaba todo aquello.
No pasó mucho tiempo cuando ya empecé a atar cabos sobre la manera en la que la élite comemierda nos esclaviza a través de sus corporaciones estado. Me percaté, por ejemplo, de que "hipoteca" en inglés era "mortgage", que venía a ser lo mismo que "prenda pignoraticia del muerto". Hasta una palabra tan hermosa como amistad resulta que se traduce como "friendship", es decir, "barco de la amistad" si se traduce palabra por palabra.
Debo decir que, en aquel momento, me sentí ridículo, dado que de nada me habían servido mis diez años de traductor financiero y jurídico y las millones de veces que había traducido esos términos. Jamás les había prestado tanta atención como en ese momento. Y todo empezó a cobrar un sentido que no había descubierto. Los barrotes de esa cárcel se fueron volviendo más y más finos conforme iba descubriendo la entelequia de la ficción legal a la que me habían sometido desde mi nacimiento (en una nación de muertos) y comencé a sentir una cierta sensación de libertad a medida que el conocimiento me iba empoderando poco a poco. Desde entonces, me puse a buscar alguien que pudiera llevarme de la mano hacia la destrucción paulatina de esas esposas o esos grilletes invisibles que cada vez me aprisionaban menos. Tardé unos meses en materializar esa empresa hasta que, en mayo de este año, escuché en el programa de Julio García a Juanra Kalinga hablar de la Academia Soberana. Si les soy sincero, ni me había parado a pensar la fuerza que también implicaban unas palabras tan maravillosas como "soberanía" o "ser vivo".
Ahora me siento más ser vivo que nunca. Ya no deseo más ser esa persona esclava. Y sinceramente no sé adónde me llevará esta camino de la soberanía, porque tengo muchos miedos e incertidumbres que franquear en mi interior. Nadie dijo que el camino fuese fácil, pero sin duda hay que emprender la marcha si se quiere transitar por él, por muchos óbices que puedan presentarse en su transcurso. Desde ese día, me estoy despidiendo de la persona esclava y doy la bienvenida cada mañana a lo que soy, al verdadero ser del que quizás hablaba Shakespeare, fruto de la fuente creadora y no esclavo de una corporación estado. Luz álmica y no sombra muerta sometida a impuestos o tributos. Adiós persona, hola ser vivo.
SOY MUCHOS
Soy muchos. Soy día,
cuando en la mirada se me asoma
la belleza de amanecer.
Y, a veces, la tarde me persigue
y mis ojos se inundan de noche,
cuando la tristeza me reclama
su minuto en mi momento.
Y no pasa nada,
porque soy muchos.
Dualidad perfectamente humana.
Soy muchos en mi todo
incierto y humano.
SOBERANOS
Ahora soy, eres, somos.
Con toda la fuerza del ser,
y su realdad inherente.
Generales de nuestros pasos,
terratenientes de nuestros caminos
por los inefables espacios del alma,
y soldados, si acaso y si queremos,
de nuestras batallas internas.
Al timón de nuestras decisiones,
con nuestros miedos y dudas,
pero con la fuente creadora
siempre en ristre.
Hoy amanece tal vez otro nuevo mundo
de poder álmico divino costituyente.
Ahora soy, eres, somos
más soberanos que nunca.
LAS MIL FORMAS EN QUE TE QUIERO
Te quiero. Y si te soy sincero
no sé cómo ni por qué.
A veces eres gigante
como el universo.
Y otras te diluyes
como una gota de nostalgia
en lo poco que dura
un "te echo de menos".
Te quiero a tientas
entre metáforas a lápiz,
y apenas con el alma,
desde los pies hasta lo más
hondo de mi corazón.
Te quiero de mil formas
inefables y ocultas.
Cuando me llueven ríos de nostalgia
por las mejillas, y se me inunda
de melancolía la mirada,
y entonces te vuelves palabra,
y verso, y poesía.
Y te escribo, y eres
por un momento algo más
que silencio y desmemoria.
Te quiero de mil formas,
y en todas ellas eres tú.
Te quiero. De mil y una formas
te quiero, aunque no sepa
muchas veces ni cómo ni por qué.
ODA A LOS CUARENTA
Ayer la libertad volvió a resonar
al atracar la tarde en la ciudad,
cuando el día volvía a echarse
otro descanse vespertino.
Ayer éramos cuarenta almas
gritando a la libertad desde el corazón,
sin aspavientos ni florituras,
con la voz en ristre
y la verdad por montera.
Cuarenta almas sin miedo.
Cuarenta estrellas gigantes
que inundaron de conciencia
por unos momentos unas calles
de distopía y hartazgo.
Cuarenta seres enormes, más grandes
que cualquier gobierno tirano.
Cuarenta valientes David
ante la imparable tiranía
de los pocos Goliath que mandan.
Cuarenta caballeros sin armadura
bajo el fragor de una batalla
sin tanques ni pólvora.
Cuarenta, pocos pero todos los seres
de luz que hacían falta
para volver a cantarle ayer
a la libertad desde el alma.
GANGRENA TRES
Hace ya tiempo, como unos dos años y medio, y más en concreto desde el estallido de la plandemia, empecé a experimentar una especie de gangrena en mis ojos ante la visión de una distopía que creía totalmente inverosímil, hasta que la élite comermierda logró confinar a cuatro mil millones de seres humanos sin pegar un solo tiro, lo que constituiría el sueño más húmedo de cualquier tirano sin escrúpulos. Los tímpanos se me desangraban también ante tal bombardeo de mentiras, entelequias y medias verdades. Y, asimismo, me supuraba invisiblemente el corazón ante el advenimiento de semejante pesadilla, ante la llegada inminente de lo que siempre consideré como el golpe de Estado definitivo a escala planetaria.
Desde entonces, mi conciencia me ha recomendado que no vuelva a sintonizar la mal llamada “caja tonta”. Me ha recetado abstinencia total del terrorismo informativo que vierten medios de comunicación como ustedes, Gangrena Tres, que no hacen otra cosa que limitarse a corear como papagayos las consignas de un régimen totalitario por cuyos vericuetos no queremos transitar quienes aún creemos en la libertad en su más amplio sentido. Y, en recientes fechas, también me ha aconsejado que no me calle más y les grite las cuatro verdades en la cara como perrodistas del globalismo en que se han erigido ustedes: ¿Acaso sacaron una carrera para decir lo que otros quieren que digan? ¿Dónde queda la fuerza del oficio como contrapoder o cuarto poder frente a los abusos y la corrupción de quienes nos gobiernan? ¿Acaso la verdad se encuentra también solo en una fuente o tiene diferentes matices? Y una última cuestión que me gustaría plantearles: ¿duermen tranquilos ustedes sabiendo que, por unas migajas, están contribuyendo a la total destrucción y aniquilación de nuestras costumbres y nuestra cultura occidentales, a la cacunación mortal y masiva o a la implantación de un nuevo neocomunismo liberal que solo podrán soportar aquella recua de borregos humanos capaces de cargar con el peso de un insoportable totalitarismo, tal vez por aquello que ya decía Huxley de que “los esclavos serán felices de serlo” y que pedirán que se les apriete cada vez más el dogal?
En todo caso, pese a todas estas bondades que acabo de mencionarles, debo darles las gracias por acabar de despertarme a una realidad irrefutable: la verdad se desangra a raudales gracias a mercenarios de la información como ustedes. Gracias por eso, Gangrena Tres.
ALGO MÁS QUE HUMANOS
Somos algo más que humanos.
Somos poesía. Somos verso
en carne más viva que nunca.
Pura magia del alma
cuando acariciamos los latidos
del alma con el silencio
más genuino y fragoroso
del querer desde el corazón.
Amando, besando, abrazándonos
la desnudez somos algo más.
Algo más que humanos.
Somos poesía. Somos magia.
Luz divina en estos tiempos
de oscuridad distópica.
Sin duda, algo más que humanos.
MÍRATE DENTRO
Mírate dentro. Lo de afuera sobra.
Los ruidos de calle perturban
la música pura del corazón.
Y el alma necesita tranquilidad
para escucharse en sintonía.
Mírate dentro. Déjate de ver
tus problemas desde afuera,
porque ocuparte de lo de más
es preocuparte en exceso.
Sé general de tus batallas
y no soldado en ajenas.
Porque en tu pensar presides tú,
mientras que en el resto no.
Mírate dentro antes de echar
afuera todos tus malas.
Mírate dentro. Y en tu silencio
escucha los latidos de tu alma,
al compás de la música del corazón.
DEMASIADOS EN LA ECUACIÓN
Ahora hay demasiados
en la ecuación de mis dudas.
X, Y, Z, tú, los demás, ellos.
Y, en ocasiones, se cuela algún
que dirán por mis permeables miedos.
En definitiva, ahora mismo
hay demasiados en la ecuación
de mi propia existencia.
Me toca despejar tu incógnita,
escucharme sin más variable
que el alma el ritmo del corazón,
Y descartar todos los demás.
Solo puedo encontrarme
sin demasiados en la ecuación.
MIRADA LARGA
Hoy estoy cansado de mis ojos.
Cansado de lo que solo pueden
rodear con la pupila
y rozar apenas con la retina
Me apetece ir más allá
de este tímido arcoíris
que yace ya en el suelo
tras la llovizna de esta tarde
monótona de septiembre.
Y pongo entonces mi mirada larga.
Me sumerjo en la música incierta
de mi corazón y la armonía exultante
de mi alma al desnudo,
conmigo solo de acompañante
y mi soledad de la palabra
y el silencio en ristre.
Rumbo al mar se inundan
mis ojos simples de mirada larga.
Y gobierna entonces en mi verdad
la belleza del mundo más allá
de ciudades desiertas
y sueños caídos.
Estoy cansado solo de ver.
Pongamos un rato rumbo a la poesía.
Con la mirada larga de la utopía.
EN MI SOLEDAD SOLO UNO
Hoy no quiero echarte de menos,
porque tu recuerdo ahora sobra:
en mi soledad solo hay uno
que quiere quedarse esta tarde
habitando la melancolía.
Y soy yo, a solas
con mi silencio y mis dudas.
En mi soledad solo cabe uno.
Y soy yo con mi corazón,
y mi alma de armonía ignota.
Para estar solo
me necesito solo.
Y que en mi soledad
solo esté yo, a veces.
Himno Canarias Despierta y Unida
Ella está ahí. Siempre te aguarda.
La libertad, libertad, libertad, tad-tad.
Ella está ahí. Siempre te aguarda:
solo quítate el bozal.
Es maravillosa. Y cuando llega
la libertad, libertad, libertad, tad, tad.
Es maravillosa. Y cuando llega
ya no pesa el corazón.
Es infinita y sin cadenas
la libertad, libertad, libertad, tad tad.
Es infinita y sin cadenas:
solo vuélvela a abrazar.
Ahí vuela inmensa y enamorada
la libertad, libertad, libertad, tad, tad, tad.
Ahí vuela inmensa y enamorada
con tu verbo de verdad.
Es rebeldía y resistencia
la libertad, libertad, libertad, tad, tad.
Es rebeldía y resistencia
solo alumbra tu pasión.
Está en ti y en nosotros
la libertad, libertad, libertad, tad, tad.
Está en ti y en nosotros:
tu alma es grande como el mar.
PERDÓN
Pido perdón por mis heridas,
y las heridas que he causado.
Por tal vez no haber visto las aves
que me acompañaron en mi jaula
de miedos y resentimientos.
Y delegar siempre la culpa
de mi vuelo trastabillado
a las cadenas de otros,
cuando resulta que por dentro
aún arrecia una tormenta de inseguridad.
Y así es imposible emprender
cualquier viaje hacia los sueños,
la ternura o los abrazos.
Pido perdón por haber bombardeado
con mis guerras de duda
la claridad de otras almas,
y tal vez haber revuelto las aguas
tranquilas de otros seres
con mis océanos de revolturas.
Hoy quiero que gobierne un poco más
la paz para escucharme los latidos
más profundos del corazón,
y así tal vez seguir aprendiendo
de ejercer en el movimiento
el verbo no siempre maravilloso
de la verdad propia.
Pido perdón al mundo hoy
para abrirme mejor al amor.
ME DILUYO
Ahora me diluyo solo
en las aguas turbulentas
de mis miedos, mis dudas,
mi verdad a tientas
y mis incertidumbres.
Revuelvo todo eso un poco.
Lo mezclo con algo de firmeza,
un hálito genuino de humanidad
y lo aderezo con atisbos
de gobiernos de primavera
en mi ser a veces invernal.
Me diluyo sin buscar deidas
que me devuelvan al estado
sólido casi natural de mi cuerpo.
Porque siento que ahora mismo
mi alma es casi más agua,
que quiere sencillamente abrirse pasa
por los vericuetos de la existencia.
Me diluyo, y mi corazón
se vuelve agua con mi alma.
Estoy aquí
para diluirme en el amor.
SIEMPRE AMANECE
Así como tras la tormenta
el diluvio acaba por amainar,
y la tempestad se calma,
y el mar vuelve a su cauce
de armonía y corrientes tranquilas.
Así como las tardes se persiguen
en ocasiones a veces interminables,
siempre que cae la noche no tarda
mucho en amanecer.
Y así como ocurre con ello,
después de la tristeza y el mundo,
solo debe gobernar un pensamiento
la mente: siempre amanece
y brilla el día tras la tormenta.
Para cruzarlo o para no cruzarlo
ahí está el puente
Aquí vine. Viniste. Vinimos
Y estás ahora aquí
para cruzar un barranco de miedos,
y atravesar los vericuetos
insondables de tu incertidumbre,
y luchar contra el bombardeo
invisible de tu programación
que alberga tu mente aún con mácula.
Aquí vine. Viniste. Vinimos.
Con nuestra estrella de brillo propio
a iluminar otros universos humanos
que aún desconocen el esplendor
de su propia galaxia humana.
Y con nuestra alma rebelde
y nuestro ejército de dudas
a resolver la sencilla y simple
pregunta que implica responderse
con conciencia al movimiento
natural de todo ser humano:
la libertad sin jaulas transparentes.
Aquí vine. Viniste. Vinimos.
Valientes, con el alma rebelde,
a ser libres desde la conciencia
y el corazón, valientes.
SIMPLEMENTE TE RECUERDO, MAMÁ
Ahora lloro y no sé por qué.
La mirada se me inunda
mágicamente de ese mar transparente
de bondad que llevabas contigo.
Y mi tristeza y mi nostalgia
silenciosamente ahora se derraman
como un río de belleza
en estos versos al viento.
Sigues conmigo, aunque no te vea.
Sé que sigues presente en esta estancia,
en este mundo, ya sin tiempo,
y sin cuerpo ni corazón,
pero con el alma tan inmensa
como el universo de sonrisas
que siempre albergaste.
Y ahora lloro sin saber por qué.
Tal vez, estoy volviendo sin saberlo
al mar transparente de tus ojos
tiernos y nobles de entonces.
Quizás, simplemente te recuerdo, mamá.
