AHORA NOS TOCA
Ahora nos toca quizás
una tarea algo distinta
a lo cotidiano de cada día.
Despejar el alma lleva más
de ocho horas diarias y un sueldo,
y ya no digamos despertarse
más allá de los párpados despegados.
Ahora nos toca revivir los sueños,
creer tal vez en aquellas utopías
que se quedaron semienterrados
en los columpios de algún parque,
y abrir a la luz de nuestra humanidad
las puertas de nuestra conciencia desnuda.
Ahora nos toca algo diferente.
Desangrar tiernamente al tiempo,
Desangrar tiernamente al tiempo,
hasta secar, agostar el miedo
a degradarnos con las horas
que parecen clavarse en los relojes
como piedras muertas en el mar.
Ahora nos tocar asomarnos
a la belleza de existir, tal vez,
más allá de unas oficinas,
y una ciudad algo tristes.
Y descubrir el cielo
bajo nuestros ojos.
Una vez que miremos
a los ojos a la vida.
Eso quizás
es lo que ahora nos toca.
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