DEMASIADO PESO
Hoy la vida me pesa demasiado.
La gravedad lleva apellidos:
tristeza, melancolía, nostalgia,
ausencia o llámenlo como quieran.
Lo cierto es que me pesa,
y es como si una bruma
de invierno eclipsara
la maravillosa primavera
en que mi corazón
estalla de alegría.
El mundo se me hace
demasiado cuesta arriba
durante un momento.
Y hasta la más sencilla
planicie se vuelve
una montaña insuperable
de miedos y cuitas.
Pero no importa.
Todo es breve, pienso.
Nada dura demasiado
como para matar del todo.
Y aunque la vida
me pese tanto
como para que la gravedad
lleve los apellidos
de la pesadumbre
de una ciudad sin más rumbo
que un cementerio de cristal,
mi alma es más fuerte.
Y sé que mañana,
aunque la vida pese,
seré más gigante
que ella para levantarla.
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