MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 29 de diciembre de 2017

CADA VIERNES



CADA VIERNES

Cada viernes me salva
la magia de la poesía,
que no emerge precisamente
de las chisteras
pero cruza las fronteras
más recónditas e inhóspitas
de mi alma cuando abro
la sesión de mi móvil,
y saltan de los espejos
pequeñas utopías y sueños
que se resisten a apagarse
al despegarse los párpados.

Y es entonces cuando la lluvia
no duele aunque sea tormenta.

Y tampoco hace daño el dolor
que emerge como una fuente
de belleza y melancolía,
entre líneas viscerales
y desnudas (a veces con pijama)
de sencillez.

Música, arte, simpleza.
El mundo y su gravedad
se vuelven algo más livianos
cada viernes, cuando atravieso
como ahora los espejos
incomprensibles de mi pantalla,
y de pronto emerge la magia
de la poesía, con el club
de la rima siempre dispuesto
a abrirme el mar de sus historias.

Cada viernes como este último
del almanaque es simplemente
hermoso en su discurrir cotidiano,
y mágico, y sonoro y lúcido.

Gracías por todo, club de la rima.

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