OJALÁ FUESES COSTUMBRE
Tengo la sensación cierta
de que eres aire 
de una sola ráfaga.
Y soy consciente ahora
de que no te quedarás
tocándome las manos y el alma,
como el alisio las faldas
de las montañas cada día.
Partirás como cada recuerdo,
en la rueda de mi nostalgia, 
como la tarde y el ocaso
ensangrentan de noche el cielo,
y se sucede, y se persigue
otro día en los calendarios. 
No serás para siempre,
como todo y como nada.
Y solo pienso:
ojalá fueses costumbre.
Pero no. Como todo,
y  como nada,
solo serás un momento.
Y te irás, sin ser costumbre.


0 comentarios:
Publicar un comentario